martes, 22 de agosto de 2017

La oración a María Reina -Salve Regina-


La oración que más refleja a María Reina, es la ‘Salve o Reina’. Fue escrita a inicios de la Edad Media, quizás por una persona con discapacitada llamada Hermann von Reichenau, llamado ‘el deforme’.

Durante algún tiempo fue atribuida a Bernardo de Claraval; ahora se sabe que éste sólo añadió la invocación final: Oh clemens, o pia / o dulcis, Virgo María; también se ha atribuido al Obispo de Compostela Pedro de Mezonzo, al de Le Puy en Velay Ademar de Monteil, al Monje alemán Hermann Von Reichenau, e incluso al Obispo legendario de Segovia San Jeroteo.

Los Cistercienses, los dominicos y los Franciscanos promovieron su uso en diversas circunstancias (en especial en la liturgia de las horas). En 1250 Gregorio IX la aprobó y prescribió que se cantara al final del rezo de las Completas. Los monjes la cantaban antes de dormir y los monjes de la orden de Predicadores la recitaban en procesión con velas encendidas.

Diversos autores cristianos han elaborado comentarios para esta oración; entre ellos destacan: Bernardo de Claraval, Anselmo de Lucca, Pedro Canisio, Francisco Coster y Alfonso María de Ligorio.

La gran variedad de representaciones de la Virgen y la devoción existente en cada lugar donde se venera ha generado la creación de una “Salve” particular según la advocación del lugar.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.

A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.


Amén.

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