Nuestra Señora de las Lágrimas - Fiesta: 8
de Marzo
Campiñas - São Paulo – Brasil
Tomado de: María Rosa Mística de Paraguay
Hermana Amalia de Jesús Flagelado (Amalia
Aguirre): Co-fundadora del Instituto de las Hermanas Misioneras de Jesús
Crucificado en Campinas - Sao Paulo - Brasil. El 8 de Marzo de de 1930 tuvo la
primera Aparición de Nuestra Señora, le entregó Corona de las Lágrimas y Sangre
diciéndole “este Rosario alcanzará la Conversión de muchos pecadores,
especialmente de los poseídos por el demonio. Una Gracia Especial está reservada
para el Instituto de Jesús Crucificado”. Luego ésta coronilla quedaría
estrechamente unida a la devoción de la Rosa Mística por inspiración de la
Santísima Virgen a Horst Mehring (Co-fundador da la Asociación de OPUS ROSA
MYSTICA) y se lo conocería por el mundo entero como Rosario de la Rosa Mystica.
En el Instituto de las Hermanas Misioneras
de Jesús Crucificado, cuyo fundador fue el Excmo. Sr. Don Francisco de Campos
Barreto, Obispo de Campiñas, vivió la Hermana Amalia de Jesús Flagelado. Así como
su contemporánea Teresa Neumann, ella también fue distinguida con los Sagrados
Estigmas de Cristo.
La Hermana Amalia perteneció al grupo de
las ocho primeras Hermanas y fue co-fundadora del Instituto, dónde recibió el
hábito religioso el 3 de Mayo de 1928 e hizo sus votos perpetuos el 8 de
Diciembre de 1931.
Cierta vez, la esposa de un pariente de la
Madre Fundadora de la nueva Congregación enfermó gravemente. Diversos médicos
declararon no haber más posibilidad de ayuda. Con lágrimas en los ojos el pobre
marido se quejó: “¿Qué será de mis pequeños hijos?”
Los problemas del afligido padre fueron
directamente al corazón de la Hermana Amalia. En el mismo instante ella pensó
en el Divino Salvador y sintió entonces un impulso interior que la llamaba
hacia el Tabernáculo.
Inmediatamente fue para la Capilla, se arrodilló
con los brazos extendidos y dijo a Jesús: “Si existe alguna posibilidad de
salvar la esposa de T.., yo estoy pronta para ofrecer mi vida por la madre de
familia, ¿Qué quiere el Señor que yo haga?”
En
locución interior, Jesús respondió así:
”Si desea obtener esta Gracia, pídala a Mí
por los merecimientos de las Lágrimas de Mi Madre” La Hermana Amalia continuó:
“¿Cómo debo rezar?” Entonces Jesús le enseñó las siguientes oraciones:
“Jesús Mío, oíd nuestros ruegos por las
Lágrimas de Vuestra Madre Santísima.
Ved, oh Jesús, que son las Lágrimas de
Aquella que más Vos Amó en la Tierra… y que más Vos Ama en los Cielos.”
Jesús entonces dijo:
"Hija Mía, lo que los hombres Me
pidan por las Lágrimas de Mi Madre, YO amorosamente concedo, Más tarde, Mi
Madre entregará este Tesoro para nuestro querido Instituto, como una señal de
Su Misericordia.” (08/11/1929)
El 8 de Marzo de 1930, la Hermana Amalia
tuvo una Aparición de Nuestra Señora, que se presentó con una túnica violeta,
un manto azul y un velo blanco que cubría Su pecho y hombros. Se deslizó en
dirección a la Hermana, sosteniendo en Sus Manos un Rosario blanco brillante,
que le entregó diciendo:
“Este es el Rosario de Mis Lágrimas, que
fue prometido por Mi Hijo a nuestro querido Instituto como parte de su legado.
ÉL también ya le dio las Oraciones. Mi Hijo Me quiere honrar especialmente con
esas invocaciones, más allá de eso, ÉL concederá todos los favores que fuesen
pedidos por los merecimientos de Mis Lágrimas. Este Rosario alcanzará la Conversión
de muchos pecadores, especialmente de los poseídos por el demonio. Una Gracia
Especial está reservada para el Instituto de Jesús Crucificado, principalmente
la Conversión de varios miembros de una parte distante de la Iglesia. Por medio
de este Rosario el demonio será derrotado y el poder del infierno destruido.
Ármense para la Gran Batalla.”
El Excmo. Sr. Don Francisco de Campos
Barreto, Obispo de Campiñas, aseguró que no solamente en Brasil, sino también
en otros países, innumerables Conversiones ocurrieron en virtud del uso de la
Medalla de Nuestra Querida Señora de las Lágrimas, la cual fue revelada a la
Hermana Amalia en nueva Aparición, el 8 de Abril de 1930.
La Imagen:
El Manto Azul
“¿Por qué uso un Manto Azul? Para que te
acuerdes del Cielo, cuando estuvieres exhausta por los trabajos y cargada con
la cruz de las tribulaciones.
¡Mi Manto te recuerde que el Cielo te dará
felicidad indecible y alegría eterna y esto debe dar ánimo a tu alma y paz a tu
corazón, para continuar la lucha hasta el fin! Desear el Cielo, amada Mía, es
una dulce consolación, pues el alma fue creada para gozar de esta felicidad, y
debe acordarse de ella y desearla. Dios creó el Cielo para sus hijos y ¿por qué
no han de pensar en él? Este Cielo es Dios mismo, por lo tanto desearlo es
desear a Dios. Deseando darte ánimo, Me presenté a ti revestida de Azul. Así,
cuando Me contemplares, acuérdate del Cielo que encontrarás después de este
peregrinar. No seas egoísta, cuando traigas a alguna persona a los pies de Mi
Imagen, cuéntale lo que te conté, para que todos tengan la misma
consolación. Al mirarMe fijamente
cuéntales que Yo Soy Madre de todos los hombres, de los más pobrecitos y hasta
de los criminales. Todos tienen derecho de llamarMe Madre, porque por todos los
hombres Jesús expiró en la Cruz. Alma misionera, no te olvides del significado
del Manto Azul de tu Madre Lacrimosa. Aprende y transmite a todos los hombres
de buena voluntad.”
La Túnica Violeta
“¿Conoces el significado de Mi Túnica
rojo-violeta? Voy a explicarte lo que debes recordar, delante de esta Imagen
Mía de las Lágrimas. En los colores que usé, el rojo significa dolor. El dolor
que Jesús sintió cuando golpearon bárbaramente Su Cuerpo. Mi corazón de Madre y
Mi Alma también fueron dilacerados por el dolor, al ver a Jesús. Cuando vieres
a Mis Pies, viendo Mi túnica, acuérdate de cuánto Yo sufrí. Haciendo la
meditación de Mis Dolores, ganarás fuerza para tu alma más allá de merecer el
privilegio que a ellas fue concedido, que es la liberación de las penas del
Purgatorio. Meditar en cuánto Yo sufrí por tu amor, es un deber de gratitud.
Graba bien en tu corazón estas lecciones, porque ellas te darán fuerza y
valentía en esta tierra para que un día puedas estar en Mis Brazos de Madre,
que te introducirá en el Cielo.”
El Velo Blanco
“Misionera, voy a explicarte por qué Me
presenté con el Velo Blanco, envolviéndoMe el pecho y cubriéndoMe la cabeza.
Blanco significa pureza y, siendo Yo la blanca flor de la Santísima Trinidad,
no podía dejar de presentarMe sin esta albura. La pureza transforma el hombre
en Ángel y esta virtud es tan querida de Dios. Jesús llamó a los puros de
bienaventurados. ¡Por ser pura Dios Me escogió como Madre de Jesús, por ser
puro escogió a José como Padre Adoptivo, Juan por ser puro reclinó su cabeza en
el Pecho Sagrado de Jesús! La Santísima Trinidad quiso así presentarMe a este
Instituto, revestida con el Velo de la Pureza, virtud y cualidad de Dios,
porque en ÉL todo es puro. Me presenté no solamente con la Cabeza cubierta de
blanco, sino, también el Pecho. Esto porque ahí reside el Corazón, ¡del cual
nacen las pasiones desordenadas! Por lo tanto, tu corazón debe estar siempre
envuelto de esta blancura celestial, que te dará la felicidad de ser morada de
la Santísima Trinidad. Graba bien en tu alma estas lecciones, porque ellas te
servirán de Luz y Fuerza para poder subir el Calvario y llegar a la puerta de
la Jerusalén Celestial en Mis Brazos de Madre.”
La Corona de Perlas
“Hija, voy a hablarte sobre el Rosario que
traía en Mis Manos. Llamadlo de “Corona de las Lágrimas.” ¡Cuando a Mis Pies
vinieres, viendo en Mis Manos esta Corona, acuérdate que ella significa
Misericordia, Amor y Dolor! ¡Yo Soy la Madre de la Divina Misericordia! Lloro
delante de Mi Hijo los pecados de todos los hombres y siempre estoy
intercediendo delante del Trono del Altísimo por los pobres pecadores. Cuando
un pecador fuere rebelde no queriendo oírte, ven a Mis Pies y pide por Mis
Lágrimas Benditas. Si él fuera alma de buena voluntad, alcanzarás de Dios la
Gracia de esta alma no perderse. Mi Corona de las Lágrimas también debe
recordarte Mi Gran Amor por los pecadores. Siendo Madre de todos los hombres y
viendo a muchos perderse, lloré por aquellos que, endurecidos, corren el riesgo
de precipitarse en el infierno. ¿Por qué le di el nombre de Corona? Porque Mis
Lágrimas fueron coronadas por Mi Divino Hijo; ellas son Benditas y muchas
generaciones las exaltarán por los beneficios recibidos por Su intermedio. ¡Mi
Hijo Las coronó con tantos privilegios! Jesús dio estas perlas preciosas a este
Instituto para que ellas hagan parte de su patrimonio, La Corona de Mis
Bendecidas Lágrimas significa que tu Madre te Ama. Usa de todos sus
privilegios, desde que recurras con confianza y amor. Alma querida, aprovecha
de estas lecciones y medita en el significado de Nuestra Señora de las
Lágrimas, YO con todo Amor digo: ¡Soy la Madre de las Misioneras!”
La Sonrisa de Nuestra Señora de las
Lágrimas
“¡Cuando María descendió del Cielo y vino
hasta vos, traía en Sus Labios una Dulce Sonrisa, por la inmensa alegría de
poder obsequiar a los hombres con tan precioso Tesoro!
La Sonrisa es siempre el desbordamiento de
Alegría y Paz, por eso, María quiso traerla en Sus Labios para mostrar lo que tantas almas
experimentarán al rezar esas súplicas tan conmovedoras. He aquí por qué Su
Imagen debe ofrecer una dulce sonrisa, que será el bálsamo a las llagas de la
pobre humanidad. Te entrego en el día de hoy esta Sonrisa Bendita de Nuestra Madre
Lacrimosa. ¿Madre Lacrimosa con Sonrisa? Si, Lacrimosa porque un día Lloró de
Dolor y de Amor, pero que, Feliz, entrega como fruto de estas dos causas
sublimes, ¡Su Sonrisa! ¡Recibe, por lo tanto, la Sonrisa de María como
patrimonio de la amada generación! La Sonrisa de María, que es más dulce que la
miel, constituirá también una red, que apañará las almas que desean la
Santidad. ¡Ella fascinará millares y millares de almas! ¡Recibid, hijas, las
Sonrisas de María! Que ellas sean una realidad en vuestros labios, para que, a
imitación de María, podáis mostrar a los hombres que os sentís felices en poder
trabajar por amor. Las almas quedarán seducidas, ¡porque la Sonrisa de María a
todos seduce! Que este presente de inmenso valor sea aprovechado y que la Sonrisa
de Nuestra Madre Lacrimosa no sea olvidada por nuestra generación. Jesús, que
hoy te entrega esta dádiva, joya riquísima.”
Mis Ojos inclinados
“Voy a explicarte el motivo por qué aquí
Me presenté con Mis Ojos hacia abajo. Pintores inspirados Me grabaron en las
telas, vueltas Mis Miradas hacia lo alto, cuando desearon cantar las Glorias de
Mi Inmaculada Concepción. ¿Qué significará, ahora, Mis Miradas inclinadas hacia
abajo en esta Aparición, en que os entregué Mis Lágrimas Benditas? Significan
Mi Compasión por la humanidad, pues Yo descendí del Cielo para traer un alivio
a sus males. Mis Ojos siempre estarán vueltos hacia sus penas y aflicciones,
toda vez que pidieren a Mi Hijo por las Lágrimas que derramé. Y a los Pies de
Mi Imagen vean que os fijo con miradas de compasión y de cariño. Por eso Mis
Ojos inclinados, cuando entregué Mi Corona, son los faroles para todos Mis
hijos que quisieren honrarMe en Mis Lágrimas.
Donde se rece la Corona de Mis
Lágrimas, estarán Mis Ojos, para mostrarles Amor y afecto. Donde se recite con
amor estas Jaculatorias de Mi Corona, allí estaré como Madre solícita, a
apuntarles los errores, invitar a la Virtud y a indicar el Corazón de Mi Hijo
Amado. Donde fuera introducida y reine esta Imagen, Mis Miradas cubrirán a todos
de grandes Gracias, dándoles, ya en esta vida,
a experimentar Mi Protección consoladora. Ve, como en la Aparición, en
que ofrecí Mi Tesoro, todo tiene significado. La inclinación de Mis Ojos
representa bien Mi Compasión por los hijos de la Tierra, que siempre invito a
buscar Mis Lágrimas, porque ellas os preparan para recibir muchas Gracias. Mis
Ojos inclinados son una invitación constante a Mis hijos, la suavísima melodía,
que invita a los pecadores y los convierte para el Corazón de Jesús Crucificado.
Ahí tienes la explicación: En esta Aparición incliné Mis Ojos sobre la
humanidad, pues deseo que ella se Convierta y se Salve atraída por Mis Miradas.
Soy Madre complaciente, dulce y llena de Misericordia.”
Oración Inicial:
Hemos aquí a Vuestros pies, oh dulcísimo
Jesús Crucificado, para ofreceros las Lágrimas de Aquella que, con tanto Amor,
Vos acompañó en el Camino Doloroso del Calvario. Haced, o Buen Maestro, que
nosotros sepamos aprovechar la lección que ellas nos dan para que, realizando
Vuestra Santísima Voluntad en la Tierra, podamos un día, en los Cielos,
alabaros por toda la Eternidad. Amén
En las Cuentas del Padre Nuestro se reza:
Ved, oh Jesús, que son las Lágrimas de
Aquella que más Os Amó en la Tierra… Y que más Os Ama en los Cielos.
En las Cuentas del Ave-María se reza:
Jesús mío, oíd nuestros ruegos. Por las
Lágrimas de Vuestra Madre Santísima.
Al Final de la Corona:
Ved, oh Jesús, que son las Lágrimas de
Aquella que más Os Amó en la Tierra… Y que más Os Ama en los Cielos. (Repetir 3
veces).
Oración Final:
Virgen Santísima y Madre de los Dolores,
nosotros Os pedimos que juntéis Vuestros pedidos a los nuestros, a fin de que
Jesús, Vuestro Divino Hijo, a quien nos dirigimos, en nombre de Vuestras
Lágrimas de Madre, oiga nuestras plegarias y nos conceda, con las Gracias que
deseamos, la Corona Eterna. Amén
Jaculatorias:
¡Corazón de Jesús Crucificado, Fuente de
Amor y de Perdón, por Vuestra Mansedumbre Divina renovad la faz de la Tierra y
Reinad en nuestros corazones!
¡Oh Virgen Dolorosísima, Vuestras Lágrimas
derrumben el imperio infernal!
Meditación
de los 7 Dolores de Nuestra Señora
María Santísima:
Meditad muchas veces en Mis Siete Dolores
para consolar Mi Corazón y creceréis mucho en la virtud. Oh alma que padecéis,
venid cerca de Mi Corazón y aprended Conmigo. ¡Es junto a Mi Corazón traspasado
de Dolor que encontraréis consolación! Madres afligidas, esposas amargadas,
jóvenes desorientados, meditando en Mis Sufrimientos tendréis Fuerza para atravesar
todas las dificultades. Que Mis Dolores os conmuevan el corazón, impulsándoos
hacia la práctica del bien.
1º. Dolor – La Presentación de Mi Hijo en
el Templo
En este Primer Dolor veremos como Mi
Corazón fue traspasado por una espada, cuando Simeón profetizó que Mi Hijo
sería la Salvación de muchos, pero también serviría para ruina de otros. La
virtud que aprenderéis en este Dolor es la de la Santa Obediencia. Sed
obedientes a vuestros superiores, porque son ellos instrumentos de Dios.
Cuando supe que una espada Me atravesaría
el Alma, desde aquel instante experimenté siempre un gran Dolor. Miré hacia el
Cielo y dije: “En Vos Confío” Quien confía en Dios jamás será confundido. En
vuestras penas, en vuestras angustias, confiad en Dios y jamás os arrepentiréis
de esa confianza. Cuando la obediencia os traiga cualquier
sacrificio, confiando en Dios, a ÉL entregad vuestros dolores y aprehensiones,
sufriendo de buen agrado por amor. Obedezcan no por motivos humanos, sino por
amor de Aquel que por vuestro amor se hizo obediente hasta la Muerte de Cruz.
2º. Dolor – La Huída a Egipto
Amados hijos, cuando huimos hacia Egipto,
fue gran Dolor saber que deseaban matar a Mi Querido Hijo, ¡Aquel que traía la
Salvación! No Me afligí por las dificultades en tierras lejanas; sino por ver,
a Mi Hijo inocente, perseguido por ser el Redentor.
Almas queridas, ¡cuánto sufrí en este
exilio! Pero todo soporté con Amor y Santa Alegría por Dios hacerMe cooperadora
de la Salvación de las almas. Si fui obligada a este exilio, fue para guardar a
Mi Hijo, sufriendo pruebas por Aquel que un día iría a ser la llave de la
Mansión de la Paz. Un día estas penas serán convertidas en Sonrisas y en Fuerza
para las almas, ¡porque ÉL abrirá las Puertas del Cielo!
Amados Míos, en las mayores pruebas puede
haber alegría cuando se sufre para agradar a Dios y por Su Amor. En tierras
extrañas, Yo Me regocijaba por poder sufrir con Jesús, ¡Mi Adorable Hijo!
¡En la Santa Amistad de Jesús y sufriendo
todo por Su Amor, no se llama sufrir sino Santificarse! En medio del dolor
sufre los infelices, que viven lejos de Dios, los que están en su enemistad.
Pobres infelices, se entregan al desespero, porque no tienen el confort de la
Amistad Divina, que da al alma tanta Paz y tanta Confianza. ¡Almas que aceptáis vuestros sufrimientos
por Amor a Dios, exultad de alegría porque grande es vuestro merecimiento,
asemejándose a Jesús Crucificado, que tanto sufrió por Amor a vuestras almas!
Alegraos todos los que, como Yo, sois
llamados lejos de vuestra patria para defender a vuestro Jesús. Grande será
vuestra recompensa, por vuestro SI a la Voluntad de Dios. ¡Almas queridas, adelante! Aprended
Conmigo, a no medir sacrificios, cuando se trata de la Gloria y de los
intereses de Jesús, que también no midió sacrificios para abriros las Puertas
de la Mansión de la Paz.
3º. Dolor – Pérdida del Niño Jesús
Amados hijos, procurad comprender este Mi
Inmenso Dolor, cuando perdí Mi Adorable Hijo por tres días. Sabía que Mi Hijo era el Mesías prometido,
¿qué cuentas daría entonces a Dios del Tesoro que Me había sido entregado?
¡Tanto Dolor y tanta Agonía, y sin esperanza de encontrarlo!
Cuando Lo encontré en el Templo, en medio
de los doctores, y le dije que Me había dejado tres días en aflicción, he aquí
lo que Me respondió: “YO vine al mundo para cuidar de los intereses de Mi
Padre, que está en el Cielo.”
¡A esta respuesta del tierno Jesús,
enmudecí y comprendí que siendo el Redentor del género humano así debía
proceder, haciendo Su Madre, desde aquel instante, tomar parte en Su Misión
Redentora, sufriendo por la Redención del género humano!
Almas que sufrís, aprended en este Mi
Dolor a someteros a la Voluntad de Dios, que muchas veces os hiere para
provecho de uno de vuestros seres queridos.Jesús Me dejó por tres día en tanta
angustia para provecho vuestro. Aprended Conmigo a sufrir y a preferir la
Voluntad de Dios a la vuestra. Madres que lloráis, al ver a vuestros hijos
generosos oír el llamamiento Divino, aprended Conmigo a sacrificar vuestro amor
natural. Si vuestros hijos fueren llamados para trabajar en la Viña del Señor,
no ahoguéis tan noble aspiración, como es la Vocación Religiosa. Madres y
padres dedicados, aún que vuestro corazón sangre de dolor, dejaos partir,
dejaos corresponder a los Designios de Dios, que usa con ellos tanta
predilección. Padres que sufrís, ofreced a Dios el dolor de la separación, para
que vuestros hijos, que fueron llamados, puedan ser en realidad buenos hijos de
Aquel que os llamó. Acordaos que vuestros hijos a Dios pertenecen y no a
vosotros. Debéis criaros para servir y amar a Dios en este mundo, y un día en
el Cielo Lo alabarán por toda la Eternidad.
¡Pobres aquellos que quieren amarrar a sus
hijos, asfixiándoles la vocación! Los padres que así proceden pueden llevar a
sus hijos a la perdición eterna y todavía tendrán que dar cuentas a Dios en el
último día. Pero, protegiendo sus vocaciones, encaminándolos para tan noble
fin, ¡qué bella recompensa recibirán estos padres afortunados! Y vosotros,
hijos predilectos que sois llamados por Dios, proceded como Jesús procedió
Conmigo: primeramente obedeced a la Voluntad de Dios, que os llamó para habitar
en Su casa, cuando dice: “Quien ama a su padre y a su madre más que a Mí no es
digno de Mí.” ¡Vigilad si, por causa de un amor natural, dejáis de corresponder
al llamado Divino!
¡Almas elegidas que fuisteis llamadas y
sacrificasteis los afectos más queridos y vuestra propia voluntad para servir a
Dios! Grande es vuestra recompensa. ¡Adelante! Sed generosas en todo y alabad a
Dios por haber sido escogidas para tan noble fin. Vosotros que lloráis, padres, hermanos,
regocijaos porque vuestras lágrimas un día se convertirán en perlas, como la
Mías se convirtieron a favor de la humanidad.
4º. Dolor – Doloroso encuentro en el
Camino del Calvario
Amados hijos, contemplad y ved si hay
Dolor semejante a este Mío, cuando Me encontré con Mi Divino Hijo en el Camino
del Calvario, cargando una pesada cruz e insultado como si fuese un criminal.
“ES
preciso que el Hijo de Dios sea triturado para abrir las Puertas de la Mansión
de la Paz” Me acordé de Sus Palabras y acepté la Voluntad del Altísimo, que
siempre fue Mi Fuerza en horas tan crueles como esta.
Al encontrarlo, Sus Ojos Me miraron
fijamente y Me hicieron comprender el Dolor de Su Alma. No pudo decirMe
Palabra, pero Me hicieron comprender que era necesario que uniese Mi a Su Gran
Dolor. Amados Míos, ¡la unión de Nuestro Gran Dolor en este encuentro ha sido
la Fuerza de tantos mártires y de tantas madres afligidas!
¡Almas que teméis el Sacrificio, aprended
aquí en este encuentro a someteros a la Voluntad de Dios, como Yo y Mi Hijo nos
sometimos! Aprended a callaros en vuestros sufrimientos.
¡En Nuestro Silencio, en este Dolor
inmenso almacenamos para vosotros riquezas inmensurables! Vuestras almas han de
sentir la eficacia de esta riqueza en la hora en que, abatidos por el dolor,
recurriréis a Mí, haciendo la meditación de este encuentro dolorosísimo. ¡El
valor de Nuestro Silencio se convierte en Fuerza para las almas afligidas,
cuando en las horas difíciles supieren recurrir a la Meditación de este Dolor!
Amados hijos, ¡cómo es precioso el
Silencio en las horas de Sufrimientos! Hay almas que no saben sufrir un dolor
físico, una tortura del alma en silencio; ¡desean pronto contarlo para que
todos lo lastimen! ¡Mi Hijo y Yo todo soportamos en Silencio por Amor a Dios! ¡Almas queridas, el Dolor Humilla y es en
la Santa Humildad que Dios edifica! Sin Humildad, trabajaréis en vano; ved pues
cómo el Dolor es necesario para vuestra Santificación. Aprended a sufrir en Silencio, como Yo y
Jesús sufrimos en este Doloroso Encuentro en el Camino del Calvario.
5º. Dolor – A los pies de la Cruz
Amados hijos, en la Meditación de este Mi
Dolor encontraréis Consuelo y Fuerza para vuestras almas contra mil tentaciones
y dificultades y aprenderéis a ser fuertes en todos los combates de vuestra
vida.
¡Vedme a los pies de la Cruz, asistiendo a
la Muerte de Jesús, con el Alma y Mi corazón traspasados con los más Crueles
Dolores!
¡No os escandalicéis como lo hicieron los
judíos! Ellos decían: “¿Si ÉL es Dios, por qué no desciende de la cruz y se
libra a sí mismo? ¡Pobres judíos, ignorantes unos, de mala fe otros, no
quisieron creer que ÉL era el Mesías. No podían comprender que un Dios se
humillase tanto y que Su Divina Doctrina clavaba la humildad. Jesús necesitaba
dar el ejemplo, para que Sus hijos tuviesen la Fuerza de practicar una Virtud,
que tanto cuesta a los hijos de este mundo, que tiene en las venas la herencia
del orgullo. ¡Infelices los que, a imitación de los que crucificaron a Jesús,
todavía hoy no saben humillarse!
¡Después de tres horas de tormentosa
agonía, Mi adorable Hijo muere, dejándoMe el alma en la más negra oscuridad!
Sin dudar en un solo instante, acepté la Voluntad de Dios, y en Mi Doloroso
Silencio, entregué al Padre Mi inmenso Dolor, pidiendo, como Jesús, perdón para
los criminales.
Entretanto, ¿Quién Me confortó en esta
hora angustiosa? Hacer la Voluntad de Dios fue Mi confort, ¡saber que el Cielo
fue abierto para todos los hijos fui Mi consuelo! ¡Porque Yo también en el
Calvario fui probada con el abandono de toda consolación! Amados hijos, sufrir en unión con los
Sufrimientos de Jesús encuentra consuelo; sufrir por haber hecho el bien en
este mundo, recibiendo desprecios y humillaciones encuentra Fuerza.
¡Qué gloria para vuestras almas, si un día
por amar a Dios con todo vuestro corazón, fuereis también perseguidos! Aprended a Meditar muchas veces en este Mi
Dolor, que él os dará Fuerza para ser Humildes: virtud amada de Dios y de los
hombres de buena voluntada.
6º. Dolor – Una lanza atraviesa el Corazón
de Jesús
Amados hijos, ¡con el Alma inmersa en el
más profundo Dolor, vi a Longino traspasar el Corazón de Mi Hijo, sin poder
decir Palabra! Derramé muchas Lágrimas…
¡Sólo Dios puede comprender el martirio de esta hora, en el Alma y en el Corazón!
Después depositaron a Jesús en Mis Brazos,
no cándido y bello como en Belén… ¡Muerto y llagado, pareciendo más un leproso
que Aquel adorable y encantador niño, que tantas veces apreté a Mi Corazón! Amados hijos, si Yo tanto sufrí, ¿no seré
capaz de comprender vuestros sufrimientos? ¿Por qué, entonces, no recurrís a Mí
con más confianza, olvidados que tengo tanto valor delante del Altísimo?
¡Porque mucho sufrí al los pies de la
Cruz, mucho Me fue dado! Si no hubiese sufrido tanto, no habría recibido los
Tesoros del Paraíso en Mis Manos. El Dolor de ver traspasar el Corazón de
Jesús con la lanza, Me confirió Poder de introducir, en este amable Corazón, a
todos aquellos que a Mí recurren. Venid a Mí, porque Yo puede colocaros dentro
del Corazón Santísimo de Jesús Crucificado, Morada de Amor y de Eterna
Felicidad!
El sufrimiento es siempre un bien para el
alma. ¡Oh almas que sufrís, regocijaos Conmigo que fui la segunda mártir del
Calvario! ¡Mi Alma y Mi Corazón participaron de los suplicios del Salvador,
conforme a la Voluntad del Altísimo, para reparar el pecado de la primera
mujer! Jesús fue el Nuevo Adán y Yo la Nueva Eva, librando así a la humanidad
del cautiverio en el cual se encontraba presa.
Para corresponder, ahora a tanto Amor, sed
muy confiados en Mí, no os afligiendo en las contrariedades de la vida, al
contrario, confiadMe todos vuestros recelos y dolores, porque ¡Yo sé dar en
abundancia los Tesoros del Corazón de Jesús! No os olvidéis, hijos Míos, de Meditar en
este Mi Inmenso Dolor, cuando estuviere pesada vuestra Cruz. Encontraréis
Fuerza para sufrir por amor a Jesús que sufrió en la Cruz la más infame de las
muertes.
7º. Dolor – Jesús es sepultado
Amados hijos, cuánto Dolor, cuando tuve
que ver sepultado a Mi Hijo. ¡A cuánta humillación Mi Hijo se sometió,
dejándose sepultar siendo ÉL el mismo Dios! ¡Por Humildad, Jesús se sometió a
la propia sepultura, para después, Glorioso, Resucitar de entre los muertos!
Bien sabía Jesús cuánto Yo iba a sufrir
viéndoLo sepultado, ¡no ahorrándoMe quiso que Yo también fuese participante en
su Infinita Humillación! Almas que teméis ser humillada, ¡ved cómo
Dios Amó la humillación! ¡Tanto que Se dejó sepultar en los Santos Sagrarios, a
esconder Su Majestad y Esplendor, hasta el fin del mundo! En verdad, ¿qué se ve
no Sagrario? ¡Apenas una Hostia Blanca y nada más! ¡ÉL esconde Su Magnificencia
debajo de la masa blanca de las especies del pan! En Verdad os digo, ¡no Lo
admiráis tanto cuánto ÉL merece, por Jesús humillarSe así hasta el fin de los
siglos!
La Humildad no rebaja al hombre, pues Dios
Se Humilló hasta la sepultura y no dejó de Ser Dios.
Amados hijos, si queréis corresponder al
Amor de Jesús, mostradle que Lo amáis, aceptando las humillaciones. La
aceptación de la humillación os purifica de toda y cualquier imperfección y,
desprendiéndoos de este mundo, os hace desear el Paraíso.
Queridos hijos, os he presentado estos Mis
Siete Dolores, no para quejarMe, ¡sino solamente para mostraros las Virtudes
que debéis practicar, para un día estar a Mi lado y al lado de Jesús!
¡Recibiréis la Gloria Inmortal, que es la recompensa de las almas que, en este
mundo, supieron morir para sí, viviendo sólo para Dios! Vuestra Madre os Bendice y os invita a
Meditar muchas veces es estas Palabras dictadas porque mucho os Amo.
Del Libro Nossa Senhora das Lágrimas
Que bien explicado. Dios te bendiga
ResponderEliminarPor el dolor del alma de mi familia hijas yernos nieto esposo y mio
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