martes, 4 de julio de 2017

El Milagro Eucarístico de Avignon

Este precioso crucifijo recibe a los peregrinos a la capilla del milagro

Avignon es conocida por haber sido residencia de los papas, pero hay otra importante razón que nos lleva a peregrinar hasta Avignon: El milagro Eucarístico que allí ocurrió.

Antecedentes

Para poder entender el significado del milagro Eucarístico, tenemos que remontarnos al año 1226, o sea, 217 años antes del milagro. La herejía Albigense, la cual tomó su nombre de la cuidad de Albi, Francia, se propagaba por todo el sur de Francia rechazando todos los sacramentos, especialmente el matrimonio y la Eucaristía. Esta herejía fue condenada por la Iglesia desde el Siglo XI, pero no fue hasta que los Albigenses empezaron a atacar seriamente a los gobiernos seculares desde sus fortalezas, que los gobernantes los denunciaron y los privaron de la protección de las leyes.

Los Albigenses eran muy poderosos en 1226, especialmente en el Sur de Francia, donde se encuentra Avignon. La ciudad se rinde después de un sitio de 3 meses y el 4 de Septiembre el Rey Luis VIII, padre de San Luis, jefe de las cruzadas, hace una ceremonia expiatoria por los sacrilegios cometidos contra la Eucaristía. Vestido de saco gris, acompañado del cardenal Legate, 60 obispos, barones y ciudadanos de la ciudad, van a la capilla de la Santa Cruz, junto al ría Sorgue, donde el Santísimo Sacramento estará expuesto día y noche. Ese fue el origen de la "Real y Devota cofradía de Penitentes Grises".

El obispo decidió que el Santísimo debería quedarse perpetuamente expuesto. Esta costumbre fue continuada por sus sucesores y aprobada por el Santo Padre. La Iglesia fue custodiada por los Penitentes Grises, de la Orden Franciscana y después de 200 años de adoración perpetua ocurrió un milagro espectacular.
Los corazones de Jesús y de María guardan la entrada a la capilla del milagro Eucarístico. En el interior se contempla la nave donde ocurrió el milagro.


1443

Capilla del milagro Eucarístico de Avignon ayer y hoy

2005

El Milagro

El Sorgue es un río que pasa por la cuidad de Avignon. El río se desbordaba cada ciertos años. Cuando esto ocurría, el agua inundaba las casas y fincas de los alrededores. A fines de noviembre de 1433, después de fuertes lluvias, vino una gran inundación. El agua penetró más que en años anteriores. Fue una de las peores inundaciones conocidas. En las noches del 29 y el 30 de noviembre, el nivel del agua subió a gran altura. Los Penitentes Grises de la Orden Franciscana estaban seguros de que la pequeña iglesia de la Santa Cruz se había inundado y decidieron ir allí para salvar la Eucaristía y traerla a tierra seca. Dos de los superiores de los Penitentes Grises se subieron en un bote y remaron hasta la iglesia.

Cuando llegaron, descubrieron que el agua había subido hasta la mitad de la puerta de la entrada de la iglesia. Sin embargo, cuando abrieron la puerta, para su sorpresa, encontraron que el pasillo, desde la puerta hasta el altar, estaba completamente seco. El agua se había acumulado formando paredes de agua a derecha e izquierda del pasillo, como a cuatro pies de altura. Nuestro Señor Jesús, en la Hostia Consagrada en la custodia, permanecía regiamente sobre el altar, completamente seco.

El milagro recuerda lo que cuenta la Biblia sobre el Mar Rojo que se parte ante el ingreso de los Israelitas y la división del río Jordán ante la entrada en el del arca de la alianza. Realmente, también les pareció de esa forma a los Penitentes Grises. Buscaron a otros miembros de los Penitentes Grises para que fueran y verificaran el milagro.

Los cuatro Frailes oraron juntos y llevaron la custodia que contenía el Santísimo Sacramento a una Iglesia Franciscana en tierra seca. Cuando colocaron la custodia en el altar, leyeron del libro del Éxodo sobre la División del Mar Rojo (Éxodo 14:21): "Moisés tendió su mando sobre el mar e hizo soplar Yahvé sobre el mar toda la noche un fortísimo viento solano, que le secó, y se dividieron las aguas. Los hijos de Israel entraron en medio del mar, a pie enjuto, formando para ello las aguas una muralla a derecha e izquierda." Los Franciscanos escribieron el testimonio de los cuatro Frailes en los registros de su comunidad, donde se conservan hasta hoy día.

En este tiempo se creó una tradición que todavía está en práctica. El 30 de noviembre, de cada año, en la capilla de las Santa Cruz, los Penitentes Grises se ponen una soga alrededor del cuello, y arrastrándose piadosamente en sus manos y rodillas, vuelven a crear el incidente, trayendo a la memoria los pasos que siguieron sus antepasados, por el mismo camino que siguieron la noche del milagro.

Hoy permanece la iglesia y la tradición del milagro. Los frailes le dan gracias a Nuestro Señor Jesús en el Santísimo Sacramento por haberles dado una señal tan poderosa de su Presencia Real. Los Peregrinos, especialmente esos con hambre de la Eucaristía, todavía visitan la pequeña iglesia a la orilla del río, para venerar y darle gracias al Señor por habernos dado este regalo especial en un momento en que se necesitaba Su Fortaleza.

Significado del Milagro

¿Cuál es el significado de este milagro? ¿Por qué fueron usados los símbolos del Éxodo de los Judíos en su cautiverio para que este milagro sucediera?  ¿Podría ser que el Señor estaba usando este signo del Milagro Eucarístico para liberar a Su pueblo de las ataduras del pecado?
En el mundo de hoy, nos encontramos cautivos de una forma muy sutil, y destructora pues muchos ni se dan cuenta de que son esclavos. Estamos en un mundo de materialismo, consumismo, libertinaje y ateísmo. Nuestras vidas se encuentran manipuladas por la presión de amistades, películas, revistas, discos y anuncios de televisión. Drogas, alcohol, aborto, relaciones sexuales desordenadas, desprecio a la guía de los padres, egoísmo, y muchas otras cosas dominan las vidas de multitudes.

Los que tienen la valentía de resistir las pasiones bajas para vivir el auténtico amor cristiano se encuentran bajo ataque constante. Sin embargo, tenemos un arma. El mismo milagro que el Señor realizó en la pequeña iglesia en Avignon ocurre para nosotros todos los días durante la Consagración en la Santa Misa. Nuestro Milagro Diario de la Eucaristía, puede librarnos de cualquier invasor. Nosotros tenemos que saber vivir y depender del milagro Eucarístico que se nos da cada día. No podemos sentarnos y esperar que algo suceda cuando recibimos el Milagro de la Eucaristía. Tenemos que ir hacia adelante, abrazarlo a El, y tomarlo a El en nuestro corazón. Así nos encontraremos liberados de la esclavitud del mundo, y de todas sus falsas enseñanzas.

El Milagro Eucarístico de Avignon nos recuerda la proclama de Jesús en Lucas 4:18: "Me envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación de la vista; para poner en libertad a los oprimidos, para anunciar un año de gracia del Señor."

Un Milagro Eucarístico que ocurre en cada iglesia católica todos los días para liberarnos. ¿Cómo le respondemos?


Dirección de la capilla del milagro:
8, rue de Teinturiers, 84000 Avignon, Francia.
Horas: Todos los días excepto el martes por la mañana, 8h a 12h - 14h a 19h. 
Dirección de los Penitentes Grises
C.C.P. Marseille 7.456.14P Tel. 90.86.58.80



Bibliografía

-Información recogida en nuestras peregrinaciones
-Cruz, Carroll, Joan. 
Eucharistic Miracles: And Eucharistic Phenomena in the Lives of the Saints. Tan Books and Publishers, Inc. Rockford Illinois, 1987.
-Lord, Bob y Penny. 
Este Es Mi Cuerpo, Esta Es Mi Sangre: Milagros de la Eucaristía. Journeys of Faith. Westlake Village, CA , 1987.


Tomado de Corazones.org (Fotos e información)


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