lunes, 22 de mayo de 2017

Carta a una hija espiritual de San Pío de Pietrelcina



Que te haga la guerra Satanás, bien directamente con sus malignas sugerencias, bien indirectamente por medio del mundo y de nuestra naturaleza corrompida; que haga mucho ruido ese infeliz apóstata; que te amenace, incluso, con tragarte: ¡No importa! Él nada podrá contra tu alma, porque Jesús ya la tiene estrechada a sí, y la sostiene calladamente con su gracia siempre vigilante. Tranquilízate, hija querida de Jesús, porque te digo la verdad: nunca en el pasado tu espíritu ha estado tan bien como ahora.

Y no llegues a creer que soportas tus sufrimientos como reparación por culpas cometidas, pues es únicamente la acción del Señor, que te aflige para adornar la diadema con las perlas que quiere para ti.


 (19 de septiembre de 1914 -  Raffaelina Cerase - Ep. II, p. 174)

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