Se reza mediante un rosario compuesto por
siete septenas de siete cuentas cada una, separadas por medallas que
representan cada una uno de los siete dolores. En lugar del pequeño crucifijo
de la corona dominica, la corona servita lleva una medalla que representa la
imagen de la Virgen Dolorosa en el anverso y la escena del Clavario en el
reverso. Así pues, el Septenario consta de 7 Padrenuestros y cuarenta y nueve Avemarías, a los que suele añadirse una Salve y el Padrenuestro, Ave y Credo por las
intenciones del Romano Pontífice.
Señor mío, Jesucristo, me arrepiento profundamente de todos mis pecados.
Humildemente suplico vuestro perdón y, por medio de vuestra gracia, concededme
ser verdaderamente merecedor de vuestro Divino Amor, por los méritos de vuestra
Pasión y Muerte y por los Dolores de vuestra Madre Santísima. Amén.
Virgen Inmaculada, Madre de Piedad, llena de aflicción y amargura, os
suplico ilustréis mi entendimiento y encendáis mi voluntad para que con
espíritu fervoroso contemple vuestros Santos Dolores y pueda conseguir las
gracias prometidas a los que reflexionen sobre vuestros sufrimientos. Amén.
Primer Dolor:
La profecía de Simeón.
Me compadezco, Madre Dolorosa, por
el dolor que padecisteis con el anuncio de Simeón cuando dijo que vuestro
corazón sería el blanco de la Pasión de vuestro Hijo. Haced, Madre Mía, que
sienta en mi interior la Pasión de vuestro Hijo y haga míos vuestros dolores.
Padrenuestro y siete Avemarías
V. Madre llena de aflicción.
R. De Jesucristo las Llagas grabad
en mi corazón.
Segundo Dolor:
La persecución de Herodes y la
huida de la Sagrada Familia a Egipto.
Me compadezco, Madre Dolorosa, por
el dolor que padecisteis en el destierro a Egipto, pobre y necesitada en aquel
largo camino. Haced, Señora, que sea libre de las persecuciones de mis
enemigos, especialmente de los que buscan perder mi alma.
Padrenuestro y siete Avemarías.
V. Madre llena de aflicción.
R. De Jesucristo las Llagas grabad
en mi corazón.
Tercer Dolor:
La pérdida del Niño Jesús en el
templo de Jerusalén durante tres días.
Me compadezco, Madre Dolorosa, por
el dolor que padecisteis con la pérdida de vuestro Hijo durante tres días en
Jerusalén. Concededme lágrimas de verdadera penitencia para llorar culpas por
las veces que he perdido a mi Dios por el pecado y que lo halle para siempre.
Padrenuestro y siete Avemarías.
V. Madre llena de aflicción.
R. De Jesucristo las Llagas grabad
en mi corazón.
Cuarto Dolor:
El encuentro de la Santísima Virgen
con Nuestro Señor Jesucristo,cargado con la cruz, en la calle de la Amargura
Me compadezco, Madre Dolorosa, por
el dolor que padecisteis al ver a vuestro Hijo con la cruz sobre los hombros,
caminando al Calvario con escarnio, baldones y caídas. Haz, Señora, que lleve
con paciencia la cruz de la mortificación y de los trabajos cotidianos.
Padrenuestro y siete Avemarías
V. Madre llena de aflicción.
R. De Jesucristo las Llagas grabad en
mi corazón.
Quinto Dolor:
La crucifixión de Jesús y su
Santísima Madre
al pie de la Cruz
Me compadezco, Madre Dolorosa, por
el dolor que padecisteis al ver morir a vuestro Hijo clavado en la cruz entre
dos ladrones. Haced, Señora, que viva crucificado para el mundo para vencer mis
vicios y pasiones.
Padrenuestro y siete Avemarías.
V. Madre llena de aflicción.
R. De Jesucristo las Llagas grabad
en mi corazón.
Sexto Dolor:
La Virgen teniendo en sus purísimos
brazos el Sacratísimo Cuerpo de Jesús descolgado de la
Cruz.
Me compadezco, Madre Dolorosa, por
el dolor que padecisteis al recibir en vuestros brazos aquel santísimo cuerpo
difunto y desangrado, con tantas llagas y heridas. Haced, Señora, que mi
corazón viva herido de amor y muerto a todo lo profano.
Padrenuestro y siete Avemarías
V. Madre llena de aflicción.
R. De Jesucristo las Llagas grabad
en mi corazón.
Séptimo Dolor:
La sepultura de Jesús y la soledad de la Santísima Virgen
Me compadezco, Madre Dolorosa, por
el dolor que padecisteis en vuestra soledad, sepultado ya vuestro Hijo. Haced,
Señora, que yo quede sepultado a todo lo terreno, viva sólo para Vos y sienta
en mi interior la Pasión de vuestro Hijo y vuestros dolores.
Padrenuestro y siete Avemarías.
V. Madre llena de aflicción.
R. De Jesucristo las Llagas grabad
en mi corazón.
Oh Doloroso e Inmaculado Corazón de María, morada de pureza y santidad,
cubrid mi alma con vuestra protección maternal a fin de que, siendo siempre
fiel a la voz de Jesús, responda a su amor y obedezca a su divina voluntad.
Quiero, Madre Mía, vivir íntimamente unido a vuestro Corazón que está
totalmente unido al de tu Divino Hijo. Atadme a vuestro Corazón con vuestras
virtudes y dolores y al Corazón de Jesús y protegedme siempre.
La Salve:
Dios te salve, Reina y Madre de
misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Tí clamamos los desterrados hijos
de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce
Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de
Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Padrenuestro
Padrenuestro que estás en el cielo, santificado sea Tu
Nombre, venga a nosotros Tu reino, hágase Tu voluntad en la tierra como en el
cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal, amén.
Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es
contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bandito es el fruto de tu
vientre, Jesús.Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.
Credo por las
intenciones del Romano Pontífice:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro
Señor,
que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los
muertos,
subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y
muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa
Iglesia católica
la comunión de los santos, el perdón de
los pecados,
la resurección de la carne y la vida
eterna. Amén
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