Vengo ante ti este
11 de septiembre, reconociendo que eres un Dios de amor y de paz. Hoy
recordamos los ataques de aquel día en Nueva York, donde tanta gente murió y
donde muchas más quedaron heridas.
Hoy oramos por
cada persona que perdió a un ser querido. Sabemos que todavía están lidiando
con su dolor, especialmente en un día como hoy. Toca sus corazones y suple
todas sus necesidades. Déjales saber que tu estas con ellos y que los amas.
También oramos y
damos gracias por aquellos que brindaron los primeros auxilios. Oramos por los
departamentos de bomberos, policía, los médicos y organizaciones de voluntarios
que pusieron todo su esfuerzo para traer orden en el medio de tanto caos. Cuida
de ellos así como ellos cuidaron de tantos ese día.
Oramos por nuestro
presidente, nuestro gobierno y cada líder de este país. Guíalos, Padre, y que
bajo Tu sabiduría puedan tomar pasos y decisiones que no comprometan el
bienestar del pueblo.
Padre, continúa
usando a tu iglesia, para que en momentos de oscuridad podamos brillar tu luz y
compartir tu amor con los demás.
Amén.
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