Acordaos, purísimo esposo de María siempre Virgen,
mi amado
protector, San José,
que jamás se ha oído decir que nadie
ha invocado vuestra protección,
buscado vuestro auxilio, sin ser consolado.
Con esta confianza vengo a vos.
No desechéis mi ruego,
Padre adoptivo de Nuestro Redentor,
Sino escuchadme y socorredme.
Amén.
Mira lo y aprendela!!!
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