martes, 4 de julio de 2017

Milagro Eucarístico de Bolsena (Se Instituye la Festividad del Corpus Christi)

En el año 1263 el Padre Pedro de Praga, Bohemia, dudaba sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Eucaristía.

Acudió así en peregrinación a Roma para pedir sobre la tumba de San Pedro la gracia de una fe fuerte. De regreso de Roma, Dios se le manifestó de manera milagrosa ya que cuando celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró llenando el Corporal de la Preciosa Sangre.

El sacerdote de Praga, atormentado por dudas acerca de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, mientras dividía la Hostia santa en la celebración de la Misa, vio el corporal lleno de sangre que brotaba de las sagradas especies.

Asombrado y aturdido por tan gran prodigio, le vino la duda de si había de terminar o seguir la Misa.

En la esperanza de ocultar a los presentes lo sucedido y con el deseo de pedir ayuda y explicación a la competente autoridad, resolvió suspender la celebración de la Santa Misa.
Y recogidas las sagradas especies en paños sagrados, corrió a la sacristía, sin reparar que, en el trayecto, algunas gotas de la preciosísima Sangre habían caído sobre el mármol del pavimento.
Esto sucedía en la Basílica de Santa Cristina, sobre el altar puesto bajo el baldaquino de mármol lombardo.

Profundo conocedor de los hombres y de los lugares, el Doctor Seráfico (Santo Tomás de Aquino) fue encargado por el Papa Urbano IV de presidir la comisión de teólogos instituida para controlar la verdad de los hechos.

También el mismo Papa Urbano IV encargó a Santo Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico propio para esta fiesta y la creación de cantos e himnos para celebrar a Cristo Eucaristía.

Entre los que compuso está la sublime secuencia “Lauda Sion” que se canta en la Misa de Corpus Christi.
Realizado su cometido por la comisión, confirmó la verdad del milagro, y el Papa ordenó a Jaime Maltraga, Obispo de Bolsena, que le llevase a Orvieto, donde tenía su residencia, el sagrado corporal, el purificador y los linos manchados de sangre.

Acompañado el Papa de su corte, salió al encuentro de las sagradas reliquias, y, en el puente de Rivochiero, tomó entre sus manos el sagrado depósito y lo llevó procesionalmente a Orvieto.

El Papa Urbano IV instauró la fiesta del Corpus Christi en 1264.

(Basílica Santa Cristina de Bolsena)

En la Basílica de Santa Cristina de Bolsena se guardan con celo, desde hace siete siglos, las reliquias menores del milagro de Bolsena.




                                                                  (Catedral de Orvieto)

El año 1290 el Papa Nicolás IV, a petición del clero y del pueblo, colocó la primera piedra de la nueva catedral de Orvieto.

Su catedral es custodia del milagro Eucarístico que se puede venerar en la capilla izquierda.
Se trata de un corporal que muestra la Sangre que brotó de una Sagrada Hostia.

Una de las piedras sagradas sobre las cuales se perciben todavía bien visibles grumos de la preciosa Sangre del Redentor, que han alimentado la piedad de generaciones y generaciones de fieles.

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