En en nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo +. Amén
Oh Dios ven a salvarme. Señor date prisa
en socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo.
Credo:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor,
que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los
muertos,
subió a los cielos,
y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y
muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Oración:
Oh Señor misericordioso, mi Maestro,
quiero fielmente seguirte, quiero imitarte en mi vida en modo siempre más
perfecto. Por esto te pido de concederme a través la meditación de Tu pasión la
gracia de comprender mejor los misterios de la vida espiritual.
María, Madre de Misericordia, siempre fiel
a Cristo, condúceme por la vía de la pasión dolorosa de tu Hijo y pide para mí
las gracias necesarias para que este Via Crucis sea fructuoso.
I Estacion: Jesús es condenado por el
Sinedrín.
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Los sumos sacerdotes y el Sinedrín
entero buscando un falso testimonio cotra Jesús para condenarlo a muerte y no
lo encontraron, a pesar de que fueron presentados muchos falsos testigos» (Mt
26,59-60)
Jesús: no maravillarte si alguna vez
vienes sospechada injustamente. Yo primero, por amor tuyo , he bebido aquel
cáliz de sufrimientos injustos. Cuando estaba delante a Herodes he obtenido
para ti la gracia de saberte enalzar sobre el desprecio humano y de seguir
fielmente mis huellas
Santa Faustina: Somos sensibles a las
palabras e intentamos responder rápido con sensibilidad, y no consideramos si
es la voluntad de Dios que respondamos. El alma silenciosa es fuerte; ninguna
adversidad le causa daño, si persevera en el silencio. El alma silenciosa es
idónea a la más profunda unión con Dios.
Jesús misericordioso, ayúdame a saber
aceptar todo juicio humano y nunca dejar que te condenen a muerte en la persona
de mi prójimo.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
II Estación: Jesús toma la cruz en hombros
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
«Pilato entonces tomó a Jesús y mandó
azotarle. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusierón en la
cabeza, y le vistieron un manto púrpura, y acercándose a él, le decían: “Salve
el rey de los judíos” (...) Salió entonces Jesús, llevando la corona de espinas
y el manto púrpura. Díceles Pilato: “He aquí el hombre”. Al verlo los sumos
sacerdotes y los guardias gritaron: “¡Crucifícalo, Crucifícalo!”» (Jn 19,1-9).
Jesús: No tengas miedo de los
sufrimientos. Yo estoy contigo. Cuando más amas el sufrimiento, tanto más puro
será tu amor hacia mí.
Santa Faustina: Jesús, Te agradezco por
las pequeñas cruces cotidianas, por las contrariedades que encuentro en mis
iniciativas, por el peso de la vida comunitaria, por la interpretación torcida
de mis intenciones, por las humillaciones que provienen de los demás, por el
comportamiento áspero hacia nosotros, por las sospechas injustas , por la salud
enfermiza y por las fuerzas que disminuyen, por el repudio de mi voluntad, por
la disminución del propio yo, por la falta de reconocimiento en todo, por los impedimentos
puestos en todo proyecto.
Jesús misericordioso, enséñame a apreciar
la fatiga de la vida, la enfermedad, todo sufrimiento y a llevar con amor la
cruz de cada día.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
III Estación: Jesús cae por primera vez
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Todos nosotros como ovejas erramos, cada
uno marchó por su camino, el Señor descargó sobre Él la culpa de todos nosotros
(...) Él llevó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores » (Is
53.6-12).
Jesús: Las culpas involuntarias de las
almas no impiden Mi amor (...), ni me son obstáculo en el unirme a ellas, en
cambio las culpas unque las más pequeñas, pero voluntarias, obstaculizan mis
gracias y no pueden colmar a tales almas de Mis dones.
Santa Faustina: Oh mi Jesús. Soy tan
propensa al mal y esto me obliga a una vigilancia continua sobre mí, pero nada
me desanima, tengo confianza en la gracia de Dios, que abunda donde está la más
grande miseria.
Señor misericordioso, protégeme de todo,
aunque de la más pequeña, pero voluntaria e consciente infidelidad.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
IV
Estación: Jesús se encuentra con su Madre
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Éste está puesto para caída y elevación
de muchos en Israel y como signo de contradicción, ¡y a ti misma una espada te
atravesará el alma! » (Lc 2,34-35).
Jesús: Si bien todas las obras que surgen
por Mi voluntad están expuestas a grandes sufrimientos, todavía considera si ha
estado alguna de ellas expuesta a mayores obstáculos como la obra directamente
mía, la obra de la redención. No te debes preocupar tanto por las
contrariedades.
Santa Faustina: Vi la Santísima Virgen
indeciblemente bella, que (...) se acercó a mí (...) me acercó a ella y me dijó
estas palabras: « (...) Se valiente , no temas a los obstáculos que engañan,
más bien considera atentamente la Pasión de Mi Hijo y en esto vencerás ».
María, Madre de Misericordia, estás
siempre junto a mí, sobre todo en el sufrimiento, así como estabas en el via
crucis de tu Hijo.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
V Estación: Simón de Cirene ayuda a Jesús
a llevar la cruz
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Cuando lo llevaban, echaron mano de un
cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargarón la cruz para que la
llevara detrás de Jesús » (Lc 23, 26).
Jesús: Permito (...) las contrariedades,
para aumentar sus méritos. Doy la recompensa no por el resultado positivo, más
bien por la paciencia y la fatiga soportadas por Mí.
Santa Faustina: Oh mi Jesús, Tu no das la
recompensa por el éxito de la obra. Más por la voluntad sincera y por la fatiga
sostenida; por esto estoy plenamente tranquila, aunque si todas mis iniciativas
y mis esfuerzos vinieran anulados o no fueran núnca realizados. Si habré hecho
todo aquello que está en mi poder, el resto no es asunto mío.
Jesús, mi Señor, que cada pensamiento,
palabra, acción sean hechas exclusivamente por amor Tuyo. Purifica mis
intenciones.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
VI Estación: La Verónica enjuga el rostro
de Jesús.
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« No tenía apariencia ni presencia; (le
vimos) y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciado y marginado,
hombre doliente y enfermizo, como de taparse el rostro por no verle.
Despreciable, un Don Nadie » (Is 53,2-3).
Jesús: Sabe que todo aquello que haces de
bueno por cualquier alma lo acepto como si lo hubieras hecho a Mi mismo.
Santa Faustina: Un grande amor transforma
las pequeñas cosas en grandes y solo el amor da el valor a nuestras acciones.
Oh Jesús, mi Maestro, has que mis ojos,
mis manos, mi boca y mi corazón...sean misericordiosos. Transformame en
misericordia.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
VII Estación: Jesús cae por segunda vez
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Él ha cargado con nuestros dolores y
nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado » (Is 53,4).
Jesús: La causa de tus caídas depende del
hecho que cuentas mucho sobre ti misma y te apoyas muy poco en Mi. Sabe que
sola no puedes hacer nada. Sin Mi ayuda particular, no eres nisiquiera capaz de
recibir Mis gracias.
Santa Faustina: Jesús, no me dejes sola en
el sufrimiento, Tu, Señor, sabes cuando soy débil, soy un abismo de miseria soy
el mismo nada. Por esto ¿qué hay de extraño si me dejas sola y caigo?. Por esto
oh Jesús, debes estar continuamente conmigo como una madre junto a un bebé
débil, y aún más.
Que tu gracia me fortalezca, oh Señor,
para que yo no caiga siempre en los mismos errores; y cuando llegue a caer,
ayudame a levantarme y a cantar Tu misericordia.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
VIII Estación: Jesús encuentra a las
mujeres de Jerusalén.
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Lo seguía una gran multitud del pueblo y
mujeres, que se dolían y se lamentaben por él. Jesús se volvió a ellas y les
dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí, más bien lloren por ustedes mismas
y por sus hijos» (Lc 23,27-28).
Jesús: Oh, ¡cuanto me agrada la fe viva!
Deseo que en el tiempo presente sea en ustedes más fe.
Santa Faustina: Ruego ardientemente al
Señor que se digne de fortificar mi fe. Para que en la gris vida cotidiana no
me regule según consideraciones humanas, sino según el Espíritu. Oh como todo
atrae al hombre hacia la tierra, pero una fe viva mantiene el alma en una
esfera más alta y asigna al amor propio el puesto que le corresponde, es decir,
el último.
Señor misericordioso, Te agradezco por el
santo bautismo y la gracia de la fe. De nuevo grito: ¡Señor creo en Ti,
refuerza mi fe!
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
IX Estación: Jesús cae bajo la cruz por
tercera vez
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Fue orpimido y
él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero conducido al matadero, como
oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él ha abierto la boca (...)
Quiso Yavé destrozarlo con padecimientos, y él
ofreció su vida como sacrificio por el pecado. » (Is 53,7.10)
Jesús: Sabe que el obstáculo más grande a
la santidad es el desánimo y la inquietud injustificada, que te quita la
oportunidad de ejercitarte en la virtud. (...) Yo estoy siempre dispuesto a
perdonarte. Cada vez que me lo pides, exaltas mi Misericordia.
Santa Faustina: Oh mi Jesús. No obstante
tus gracias, siento y veo toda la miseria. Comienzo la jornada luchando y la
termino luchando, apenas remuevo una dificultad, en su lugar surgen diez de
superar, pero no me aflijo por esto, porque sé bien que este es el tiempo de la
lucha no de la paz.
Señor misericordioso. Te ofrezco aquello
que solo es mío, es decir, el pecado y la debilidad humana. Te suplico, que mi
miseria desaperezca en Tu insondable misericordia.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
X Estación: Jesús es despojado de sus
vestiduras
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
«Los soldados (...) tomaron sus vestidos y
los dividieron en cuatro partes: a cada soldado una parte. La túnica era sin
costura, tejida de una sola pieza de arriba abajo. Por eso dijeron : “No la
rompamos, echemosla a suertes a ver a quién le toca”. Para que se cumpliera la
Escritura » (Jn 19,23-24).
Santa Faustina: Jesús se ha presentado de
repente delante a mi sin vestidos, cubierto de llagas en todo el cuerpo, con
los ojos inundados de sangre y de lágrimas, con el rostro estropeado, cubierto
de escupitajos. De un golpe el Señor me ha dicho: “La esposa deben ser similar
a su Esposo”. Comprendí estas palabras hasta el fondo. Aquí no hay posibilidad
de duda alguna. Mi semejanza con Jesús debe verni a través del sufrimiento y la
humildad.
Jesús silencioso y de corazón humilde,
forma mi corazón según el tuyo.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
XI Estación: Jesús es crucificado
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Los que pasaban por allí lo insultaban
meneando la cabeza y diciendo: “¡Tu que destruyes el santuario y en tres días
lo levantas, sálvate a ti mismo: si eres hijo de Dios baja de la cruz!”
Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos, le
decían: “¡Salvó a otros y a sí mismo no puede salvarse! (...) Ha puesto su
confianza en Dios, que le salve ahora si es que en verdad le quiere” » (Mt
27,39-43).
Jesús: Mi discipula, ten un grande amor
por aquellos que te hacen sufrir, has el bien a quellos que te odian.
Santa Faustina: Oh mi Jesús, Tu sabes
cuanta fatiga se hace para tratar sinceramente y con simplicidad con aquellos
de los cuales la naturaleza huye, o bien con aquellos que conscientemente o
inconscintemente nos han hecho sufrir. Humanamente es imposible. En aquellos
momentos más que en otras circunstancias, busco descubrir a Jesús en aquella
persona y por amor a Jesús hago todo por aquella persona.
Oh Amor purísimo, reina totalemente en mi
corazón y hazme amar aquello que supera la medida humana.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
XII Estación: Jesús muere en la cruz
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
«Era ya cerca el medio día cuando el sol
se eclipsó y fue oscuridad sobre toda la tierra hasta las tres de la tarde
(...) Y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: “Padre, en tus manos pongo mi
espíritu”. Y dicho esto expiró (Lc 23,44,46). Pero al llegar a Jesús, como lo
vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le
atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua » (Jn 19,33-40).
Jesús: Todo esto por la salvación de las
almas. Reflexiona, hija Mia, sobre quello que tu haces por su salvación.
Santa Faustina: Ví a Jesús clavado en la
cruz. Después que Jesús quedó colgado por un tiempo ví toda una fila de almas
crucificadas como Jesús. Y ví una tercera fila de almas y una segunda fila de
almas. La segunda fila no estaba clavada sobre la cruz, pero aquellas almas
tenían fuertemente la cruz en mano. La tercera fila de almas en cambio, no
estaba crucificada ni tenía la cruz en mano, aquellas almas arrastraban la cruz
detrás de sí y estaban insatisfechas. Jesús me dijo: “Ves aquellas almas, que son
similares a Mí en el sufrimiento y en el desprecio: las mismas serán similares
a Mí también en la gloria. Aquellas que me asemejan menos en el sufrimiento y
en el desprecio, las mismas me asemejarán menos también en la gloria.
Jesús mi Salvador, escóndeme en la
profundidad de tu Corazón, porque fortalecida de Tu gracia, pueda ser similar a
Tí en el amor de la Cruz y pueda participar de Tu gloria.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
XIII Estación: Jesús es puesto de la cruz
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
«Al ver el centurión lo sucedido,
glorificaba a Dios, diciendo: “Ciertamente este hombre era justo.” Y toda la
muchedumbre que había acudido a aquél espectáculo, al ver lo que pasaba, se
volvió dándose golpes de pecho. Todos los conocidos y las mujeres que le habían
seguido desde Galilea se mantenían a distancia, viendo estas cosas » (Lc
23,47-49).
Jesús: El alma que me es más querdida es
aquella que cree firmemente en Mi bondad y tiene plena confianza en Mi: le
recambio Mi confianza y le doy todo aquello que pide.
Santa Faustina: Recorro a Tu misericordia,
oh Dios benigno, a Tí que eres el solo bueno. Aunque mi miseria sea grande y
numerosas mis culpas, confío en tu misericordia porque eres el Dios de la
misericordia y de siglos no se ha jamás escuchado, ni la tierra ni el cielo
recuerdan, que un alma confiada en Tu misericordia, quede descepcionada.
Jesús Misericordioso, multiplica en mí
cada día la confianza en Tu misericordia, porque donde sea yo dé testimonio de
tu ilimitada bondad y amor.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
XIV Estación: Jesús es puesto en el
sepulcro
Te adoramos y te bendecimos. Porque con Tu
Santa Cruz redimiste el mundo.
« Tomaron el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron en lienzos con los aromas, como acostumbran hacer los judíos para
la sepultura. En el lugar donde Jesús había sido crucificado había un huerto y
en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie había sido depositado. Allí,
pues, porque era el día de la Preparación de los Judíos y el sepulcro estaba
cerca, pusieron a Jesús» (Jn 19,38-42).
Jesús: Ahora no estás en la patria, por
esto ve fortalecida de Mi gracia a combatir por Mi reino en las almas humanas,
combate como hija del Rey y recuerda que los días del exilio pasarán rápido y
con ellos la posibilidad de conseguir méritos para el cielo. De ti (...) me
espero un gran número de almas que glorificarán Mi misericordia por toda la
eternidad.
Santa Faustina: Cada alma que me has confiado,
oh Jesús, buscaré de ayudarla con la oración y con el sacrificio, para que Tu
gracia pueda obrar en ella. Oh gran enamorado de las almas, oh mi Jesús, Te
agradezco por la gran confianza, porque Te has dignado de confiar estas almas a
nuestra atención.
Has, oh Señor misericordioso, que ninguna
de las almas que me has confiado perezca.
Padre nuestro...Ave María....Gloria...
Ten piedad de nosotros Señor. Ten piedad
de nosotros.
Santa Madre, has que las llagas del Señor
sean impresas en mi corazón.
Oración después del Via Crucis
Oh mi Jesús, mi única esperanza, Te
agradezco por este gran libro, que has abierto delante a los ojos de mi alma.
El grande libro de Tu Pasión afrontada por amor a mi. De este libro he
aprendido como amar a Dios y a las almas. En ellos se encierran (...)
inagotables tesoros. ¡Oh Jesús como son pocas las almas que Te comprenden en tu
martirio de amor! (...) ¡Feliz el alma que ha comprendido el amor del Corazón
de Jesús!
Bellísimo!!!!!
ResponderEliminarVale la pena!!!! Bellísimo!!!
ResponderEliminar