El Papa Francisco
obsequió a los fieles en la Plaza de San Pedro un folleto especial por Cuaresma titulado “Custodia el
corazón”.
Entre los distintos recursos
planteados por el Santo Padre está un examen de conciencia de 30 preguntas para
hacer una buena confesión, así como una breve explicación sobre las razones
para acudir al sacramento.
A la pregunta ¿por qué confesarse?
el folleto contesta: “¡porque somos pecadores! Es decir, pensamos y actuamos de
modo contrario al Evangelio. Quien dice estar sin pecado es un mentiroso o un
ciego. En el sacramento Dios Padre perdona a quienes, habiendo negado su
condición de hijos, se confiesan de sus pecados y reconocen la misericordia de
Dios”.
Para confesarse, prosigue el texto
es necesario comenzar “por la escucha de la voz de Dios” seguido del “examen de
conciencia, el arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de
la misericordia divina que se nos concede gratuitamente mediante la absolución,
la confesión de los pecados al sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la
penitencia impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada”.
El examen de conciencia
A continuación las 30 preguntas
propuestas por el Papa Francisco para hacer una buena confesión:
En relación a Dios
¿Solo
me dirijo a Dios en caso de necesidad?
¿Participo
regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta?
¿Comienzo
y termino mi jornada con la oración?
¿Blasfemo
en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos?
¿Me
he avergonzado de manifestarme como católico?
¿Qué
hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago?
¿Me
revelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?
En relación al prójimo
¿Sé
perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo?
¿Juzgo
sin piedad tanto de pensamiento como con palabras?
¿He
calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos?
¿Soy
envidioso, colérico, o parcial?
¿Me
avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los
enfermos?
¿Soy
honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte?
¿Incito
a otros a hacer el mal?
¿Observo
la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio?
¿Cómo
cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos?
¿Honoro
a mis padres?
¿He
rechazado la vida recién concebida?
¿He
colaborado a hacerlo?
¿Respeto
el medio ambiente?
En relación a mí mismo
¿Soy
un poco mundano y un poco creyente?
¿Cómo,
bebo, fumo o me divierto en exceso?
¿Me
preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes?
¿Cómo
utilizo mi tiempo?
¿Soy
perezoso?
¿Me
gusta ser servido?
¿Amo
y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones?
¿Nutro
venganzas, alimento rencores?
¿Soy
misericordioso, humilde, y constructor de paz?
Tomado de ACI Prensa
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