Proteged, ¡Oh providentísimo Custodio de la divina
familia,
el linaje escogido de Jesucristo!
Preservadnos,
padre amantísimo de todo contagio de error y
corrupción;
asistidnos propicios desde el cielo,
fortísimo libertador nuestro,
en el combate que al presente,
líbranos del poder de las tinieblas,
y como en otro tiempo librasteis del inminente
peligro de la vida del Niño Jesús,
defended ahora la santa Iglesia de Dios de
las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad.
Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo
patrocinio,
para que siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos
con vuestro auxilio,
podamos vivir santamente,
morir piadosamente,
y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario