Glorioso
Príncipe, San Miguel Arcángel, yo, tu humilde siervo te saludo por intermedio
del Sacratísimo Corazón de nuestro Señor Jesucristo, te ofrezco mi amor
por el aumento de tu alegría, de tu fortaleza y de tu gloria. Doy gracias a
Dios por las bendiciones que Él trae para ti y con el que quiere honrarte y
exaltarte a ti por encima de todos los otros ángeles.
Yo
especialmente me encomiendo a tu cuidado en la vida y en la muerte. Quédate
junto a mí, ahora y siempre, sobre todo al final de mi vida. Tuviste la
amabilidad de la consolarme, fortalecerme y protegerme. Obtuviste para mí un
aumento en la fe, en la esperanza y en la caridad.
No permitas que me aparte
de la fe, ni que caiga en la trampa de la desesperación, ni dar por
sentado las buenas obras que realizo y pensar que siempre me encuentro en medio
de la gracia de Dios. Obtener para mí el perdón de mis pecados, la humildad, la
paciencia y otras virtudes, la perseverancia en el bien verdadero, y la gracia
final que me puede dar la gloria a Dios. Amén.
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