La comitiva avanza hacia el Calvario. Aquellos hombres inicuos, temiendo verme morir antes de llegar al término, se entienden entre sí para buscar a alguien que me ayude a llevar la Cruz, y alquilan a un hombre de las cercanías llamado Simón. Mira detrás de Mí a Simón ayudándome a llevarla, y considera, ante todo, dos cosas: Este hombre, aunque de buena voluntad, es un mercenario, porque si me acompaña y comparte conmigo el peso de la Cruz, es porque ha sido «alquilado». Por eso, cuando siente demasiado cansancio deja caer más peso sobre Mí, y así caigo en tierra desveces.
Además,
este hombre me ayuda a llevar parte de la Cruz, pero no
toda la Cruz. Veamos el sentido de estas dos circunstancias.
Hay muchas
almas que caminan así en pos de Mí. Se comprometen a ayudarme a llevar la Cruz, pero todavía desean consuelo y descanso; consienten en seguirme y
con este fin han abrazado la vida perfecta; pero
no abandonan el propio interés, que sigue siendo, en muchos casos, su primer
cuidado: por eso vacilan y dejan caer mi Cruz
cuando les pesa demasiado. Buscan la
manera de sufrir lo menos posible, miden su abnegación, evitan cuanto pueden la
humillación y el cansancio, y acordándose, quizá con pesar de lo que dejaron,
tratan de procurarse ciertas comodidades, ciertos placeres. En una palabra, hay
almas tan interesadas y tan egoístas, que han venido en mi seguimiento más por ellas que por Mí...
Se resignan
tan sólo a soportar lo que no pueden evitar o aquello a que
las obligan... No me ayudan a llevar más
que una partecita de mi Cruz, y de tal suerte, que apenas pueden
adquirir los méritos indispensables para su salvación. Pero en la eternidad
verán ¡qué atrás se han quedado en el camino que debían recorrer!
Por el
contrario, hay almas, y no pocas, que, movidas por el deseo de su salvación, pero, sobre todo, por el amor que les inspira la
vista de lo que por ellas he sufrido, se deciden a seguirme por el camino del
Calvario; se abrazan con la vida perfecta y se entregan a mi servicio, no para
ayudarme a llevar parte de la Cruz, sino para
llevarla entera. Su único deseo es descansarme, consolarme.; se ofrecen a todo
cuanto les pida mi Voluntad, buscando cuanto pueda agradarme; no piensan en los
méritos ni en la recompensa que les
espera, ni n el cansancio, ni en el sufrimiento; lo único que tienen presente es el amor que me demuestran
y el consuelo que me procuran.
Si mi Cruz se presenta bajo la
forma de una enfermedad, si se oculta debajo
de una ocupación contraria a sus inclinaciones o poco conforme a sus
aptitudes, si va acompañada de algún olvido de las personas que las rodean, la
aceptan con entera sumisión.
Suponed que, llenas de buenos
deseos y movidas de grande amor a mi Corazón
y de celo por las almas, hacen lo que creen mejor en tal o cual circunstancia;
mas en vez del resultado que esperaban recogen toda clase de molestias y
humillaciones. Esas almas que obran sólo a
impulsos del amor se abrazan con todo, y viendo en ello mi Cruz, la adoran y se
sirven de ella para procurar mi Gloria.
¡Ah!, estas almas son las que
verdaderamente llevan mi Cruz, sin otro interés ni otra paga que mi amor... Son
las que me consuelan y glorifican. Tened, ¡almas queridas!; como cosa cierta,
que si vosotras no veis el resultado de vuestros sufrimientos y de vuestra abnegación, o lo veis más tarde, no por eso han sido vanos e
infructuosos; antes, por el contrario; el fruto será abundante.
El alma que
ama de veras no cuenta lo que ha trabajado, ni pesa lo que ha sufrido. No
regatea fatigas ni trabajos. No espera
recompensa: busca tan sólo aquello que cree de mayor gloria para su Amado. No
se turba ni se inquieta, y mucho menos pierde la paz si, por cualquier circunstancia, se ve contrariada y aun tal vez perseguida y humillada, porque el único móvil de
sus actos es el amor y sólo por amor ha obrado. Estas son las almas que no buscan salario. Lo único que esperan
es mi consuelo, mi descanso y mi gloria. Estas son las que llevan toda mi Cruz y todo el peso que mi
Voluntad Santa quiere cargar sobre ellas.
De: Un llamamiento al Amor, Sor Josefa Menéndez
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