El padre Amorth es Presidente de la
Asociación Internacional de Sacerdotes Exorcistas, Diócesis de Roma.
Señor Jesús, Tú has venido a curar
los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que
provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial, que cures aquellos
que son causa de pecado.
Te pido que entres en mi vida, que
me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de las
heridas que han provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, Tú conoces
mis problemas, los pongo todos en tu Corazón de Buen Pastor.
Te ruego, en virtud de aquella gran
llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido
me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación.
Cura, Señor, todas esas heridas
íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón,
acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino.
Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor, la curación del
dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas. Haz que pueda
recuperar la paz y la alegría por la certeza de que Tú eres la Resurrección y
la Vida.
Hazme testigo auténtico de tu
Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia
viviente entre nosotros. ¡Amén!
¡Oh, Señor, Tú eres grande, Tú eres
Dios, Tú eres Padre, nosotros te rogamos, por la intercesión y con la ayuda de
los Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, ser liberados del maligno que nos ha
esclavizado. Oh, Santos, venid todos en nuestra ayuda!
De la angustia, la tristeza y las
obsesiones, nosotros te rogamos: Líbranos, Oh Señor.
Del odio, la fornicación y la
envidia, nosotros te rogamos: Líbranos, Oh Señor.
De los pensamientos de celos, de
rabia y de muerte, nosotros te rogamos: Líbranos, Oh Señor.
De todo pensamiento de suicidio y de
aborto, nosotros te rogamos: Líbranos, Oh Señor.
De toda forma de desorden en la
sexualidad, nosotros te rogamos: Líbranos, Oh Señor.
De la división de la familia, de
toda amistad mala, nosotros te rogamos: Líbranos, Oh Señor.
De toda forma de maleficio, de
hechizo, de brujería y de cualquier mal oculto, nosotros te rogamos: Líbranos,
Oh Señor.
Oh, Señor, que dijiste: “la paz os
dejo, mi paz os doy”, por intercesión de la Virgen María concédenos ser
liberados de toda maldición y gozar siempre de tu paz. Por Jesucristo Nuestro
Señor. ¡Amén!
Espíritu del Señor, Espíritu de
Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen Inmaculada,
ángeles, arcángeles y santos del paraíso descended sobre mí.
Fúndeme, Señor, modélame, lléname de
Ti, utilízame.
Expulsa de mí todas las fuerzas del
mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las
brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las
maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y
la obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia;
la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el
infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra criatura en el
mundo.
¡Ordeno y mando con la fuerza de
Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador y Señor, por intercesión de
la Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias
que me molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen
definitivamente y que se vayan al infierno eterno encadenados por San Miguel
Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael, por nuestros ángeles custodios,
aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada. Amén!
Publicado por El Hermano José
El padre Amorth es Presidente de la Asociación Internacional de Sacerdotes Exorcistas, Diócesis de Roma.
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