Turín es una ciudad
industrial e intelectual. Fue la ciudad amada de San Juan Bosco, quien
desarrolló aquí su inmenso apostolado y construyó la Iglesia de María
Auxiliadora, y fundó el colegio para los niños. Ciudad donde numerosos milagros
ocurrían por la intercesión de María, Auxilio de los Cristianos y de San Juan
Bosco.
Turín es también muy
conocida por que en ella se guarda el famoso Manto o Sudario de Nuestro Señor
(diferente al milagro que trata este artículo). Este se encuentra en la
Catedral de San Juan el Bautista, donde estuvo anteriormente, el Milagro
Eucarístico. Fue en esta Iglesia donde
el Obispo con gran multitud de personas, llevó por primera vez en procesión, el
Milagro Eucarístico.
Situación histórica
del milagro Eucarístico:
En el año 1453,
Mohammed II capturó Constantinopla, matando atrozmente cientos de miles de cristianos.
Su plan era continuar su ataque de terror por toda Europa. Lo lógico era que
los europeos se hubieran unido para parar ese ataque. Pero el poder del mal
distrajo a los países europeos, creando conflictos entre ellos. Italia fue un ejemplo
de esto, lo cual reclamó la atención inmediata de Jesús.
La hoy ciudad de
Milán, Turín, Venecia y Florencia eran pequeños imperios y estaban
constantemente en guerra unos con otros. Los diferentes duques que contemplaban
a Milán, empezaron una guerra que duró cuatro años. Durante este conflicto,
Mohammed II que había reunido fuerzas, atacó y conquistó Constantinopla y
siguió hacia el noroeste. Los pobres italianos estaban tan envueltos en la
guerra de Milán, que no le prestaron atención a esta situación con Mohammed.
Francesco Sforza,
quien era una fuerza muy poderosa en Italia, fue proclamado Duque de Milán, y
esto fue lo que comenzó la batalla. Su único aliado en Italia era Florencia, y
esto no era suficiente. Desesperado, reclutó ayuda de otros poderes
extranjeros. El Duque de Anjou y Lorraine tenía su mirada en el reino de
Nápoles y Sicilia. El consintió en ayudar a Francesco en Milán a cambio de
Nápoles y Sicilia, después que terminara la batalla.
El ejército de Anjou
y Lorraine marchó hacia Milán en defensa de Sforza. Tenía que pasar por
Piedmonte, el cual estaba gobernado por uno de los enemigos de Milán. La
actitud de su director, Ludwig, fue que, si ellos eran amigos de sus enemigos,
ellos también eran sus enemigos. Por tanto, cuando el ejército se acercó a
Piedmonte, tuvieron que entrar en batalla con las tropa de Piedmonte. En una
batalla sangrienta, las tropas de Anjou se retiraron. Esto sucedió en las
afueras de Exiles, donde ocurrió nuestro milagro.
Historia del Milagro:
Cuando las tropas de
Piedmonte cruzaron la ciudad de Exiles, y las tropas de Anjou se acercaron,
todos los aldeanos y todos los que vivían en esa área, dejaron sus casas.
Los soldados de
Piedmonte empezaron a saquear las casas e Iglesias de la ciudad. Un soldado
entró en la Iglesia local en Exiles, forzó y abrió la puerta del tabernáculo
para robarse la custodia. La tomó sabiendo lo que era. No le importó tampoco
tomar la Hostia Consagrada que estaba ahí reservada. Esta custodia era usada
para dar bendiciones. El soldado tiró la custodia en su saco, y lo puso sobre
su burro.
Probablemente por la
presencia del Señor el animal se sentía molesto de llevar el saco sobre la
espalda y se caía continuamente. De cualquier manera, el soldado quería
deshacerse de las cosas que había robado, y por esta razón vendió el saco y su
contenido al primer mercader que cruzó su camino, por un precio muy barato. El
mercader vendió el saco a otro mercader, quien se lo vendió a otro. Cuando el
ultimo mercader compró el saco, éste iba en camino a Turín.
El mercader entró en
la ciudad con el burro cargando el saco. En frente de la Iglesia de San
Silvestre, como se llamaba en la época del milagro, en la plaza el burro
tropezó y se cayó. Su dueño trató de levantarlo, pero el animal se negó a moverse.
El dueño empezó a pegarle y se juntó una muchedumbre. A nadie le gustaba ver
como maltrataba al burro. Entre más grande se hacía la muchedumbre, más
frustrado se sentía el mercader y golpeaba al burro sin misericordia. El burro
se movía de un lado a otro tratando de escapar los latigazos de su amo. El saco
se resbaló de la espalda del burro y cayó en el suelo, y todo el contenido se
esparció por la calle.
Todos los ojos se
fijaron en la custodia, especialmente en la Hostia que estaba dentro de ella. Resplandecía,
haciéndose tan brillante que tenían que apartar los ojos del resplandor. La
Custodia se elevó en el aire, hasta una altura de 10 - 12 pies, y ahí se detuvo
permaneciendo suspendida en el aire. La muchedumbre manifestaba con suspiros su
impresión ante la Señal Milagrosa. Desde la Iglesia de San Silvestre, el Padre
Coccomo se dio cuenta de que algo pasaba al ver la muchedumbre, y fue a ver que
era lo que les atraía. Cuando vio la custodia flotando en el aire, se dio
cuenta de que esta era una señal del Señor. Entonces, el sacerdote corrió para
informarle al Obispo lo sucedido.
El Obispo
inmediatamente formó una procesión de sacerdotes que fue desde la Catedral
hasta la Plaza. Esta noticia se esparció rápidamente, y oficiales de la ciudad
marcharon, a ver el milagro, en fila detrás de los sacerdotes. Cuando el obispo
llegó al lugar, la custodia se abrió, y cayó al suelo, dejando a la Sagrada
Hostia suspendida. Estaba rodeada por un aura deslumbradora.
El Obispo, acompañado
de los sacerdotes, empezó a cantar un himno en latín. Las personas de la ciudad
cantaron "Resta con noi". (Quédate con nosotros).
La Hostia comenzó a
descender. El obispo sujetó un cáliz y la Hostia Milagrosa empezó a bajar, y
lentamente se deslizó en el cáliz. Las personas de la ciudad se maravillaron de
este hecho, y siguieron al Obispo en procesión hasta la Catedral. Inmediatamente
se le avisó al Vaticano.
Este milagro sucedió
el 6 de junio, de 1453. Ocho días antes de esto, Mohammed II conquistó
Constantinopla, y
ubicó su trono en la Catedral de Santa Sofía. Durante el mismo período, otro
Milagro Eucarístico ocurrió en Langenwiese, un pueblo pequeño entre Polonia y
Checoslovaquia. Poco después la guerra de Milán terminó.
Veneración y
peregrinaciones
Inmediatamente
comenzó la veneración del Milagro Eucarístico de Turín. Peregrinos de toda
Italia y Europa se reunían en el Santuario. A la iglesia se San Silvestre se le
llama la Basílica de Corpus Domini (Iglesia del Cuerpo y Sangre del Señor),
En 1455, la jerarquía de la Iglesia de Turín,
acordaron hacer un tabernáculo para honrar y conservar el Milagro Eucarístico.
La Hostia se guardó en el nuevo tabernáculo hasta que un nuevo relicario de
mármol se erigió en el lugar donde cayó el burro en 1453.
La ciudad de Turín fue conmovida por este
Milagro Eucarístico. Pusieron una señal a donde ocurrió el milagro, y donde cayó
el burro. Este lugar se convirtió en un lugar de peregrinación, tan visitado
que los peregrinos no cabían en esa pequeña área. En el año 1521 un nuevo
edificio fue construido para los devotos y peregrinos. El Oratorio fue
construido en el lugar donde el burro cayo.
En 1525, se instituyó la Compañía del Cuerpo
de Cristo para ser protectores del Milagro Eucarístico. Su símbolo era la
Custodia y la Hostia suspendida sobre ella. Esta compañía estaba encargada de
cuidar el Oratorio y el lugar donde cayó el burro.
En el año 1584, llegó de la Santa Sede la
orden que el Milagro Eucarístico debía de ser consumido. La razón dada por el
Vaticano fue para no obligar a Dios a mantener este Milagro Eucarístico sin
corromperse por siempre.
La Hostia Sagrada, fue consumida por orden
Papal en 1584, después de estar perfectamente conservada por 131 años. La
Adoración y Devoción del Milagro Eucarístico continuó.
En 1598, una plaga amenazó a muchas personas,
esto fue durante otra sangrienta guerra entre los de Piedmonte y los franceses.
El Señor le estaba dando un mensaje a las personas, que fue recibido por el
Concilio de Turín.
Ellos le hicieron una
promesa al Señor, que sí El libraba a las personas de esa enfermedad mortal, se
le construiría una iglesia completamente nueva en honor del Santísimo
Sacramento de Turín. El Señor escucho las oraciones y la plaga termino.
En 1607, se hicieron los cimientos de la nueva
iglesia, la cual se terminó en 1671. A la derecha del altar principal, hay un
área cerrada por unas barandillas que es el lugar donde cayó el burro. Hay una
placa con una inscripción en latín. San Juan Bosco la tradujo así:
"Aquí, el 6 de junio, de 1453, cayó el burro que
estaba cargando el Cuerpo del Señor.
Aquí la Sagrada
Hostia, libre de sus ataduras, se elevó en el aire.
Aquí descendió
suavemente a las manos suplicantes de los Turinenses.
Aquí, por lo tanto,
recuerden el milagro, arrodíllense en el suelo, veneren y miren con temor un
lugar sagrado."
En la pequeña Iglesia
de Exille, donde ocurrió el robo ese día en 1453, el tabernáculo roto nunca fue
arreglado. Ellos lo conservaron en su forma original en honor al acontecimiento
milagroso.
Solemnes procesiones y celebraciones han
tenido lugar en los diferentes Centenarios de la Fiesta. En 1853, San Juan
Bosco escribió acerca de la fiesta y de las grandes preparaciones que se
hacían. En estas fiestas asistieron la Reina Adelaida, esposa de Vittorio
Emmanuele II, y de la Reina María Teresa, viuda de Carlos Alberto, quienes
recibían Comunión en la Basílica. En 1953, la fecha de la celebración del
Quinto Centenario, fue cambiada para septiembre, desde el 6 hasta el 13, para
que coincidiera con el Congreso Eucarístico que se celebró ese año.
Se escribieron himnos especiales en honor del
Milagro Eucarístico de Turín. Se cantan los días de las fiestas, y
especialmente durante la celebración del Centenario.
Papas que han reconocido el Milagro de Turín:
Pío II, Gregorio XVI, Clemente XIII, Benedicto XIV, San Pío X, Pío XI y JPII.
No hay comentarios:
Publicar un comentario