viernes, 24 de marzo de 2017

Guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe


Del Catecismo de la Iglesia Católica

(2087) Nuestra vida moral tiene su Fuente en Dios que nos revela su amor. San Pablo habla de la “obediencia a la fe” (Rm 1:5), como de la primera obligación. Hace ver en el “desconocimiento de Dios”, el principio y la explicación de todas las desviaciones morales, 
(Rm 1: 18-32). Nuestro deber para con Dios es creer en Él y dar testimonio de Él.

(2088) El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe y que rechacemos todo lo que se opone a ella. Hay diversas formas de pecar contra la fe:

- La duda voluntaria respecto a la fe descuida o rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y la Iglesia propone creer.

- La duda involuntaria designa la vacilación en creer, la dificultad de superar las objeciones con respecto a la fe o también la ansiedad suscitada por la oscuridad de ésta. SI LA DUDA SE FOMENTA DELIBERADAMENTE, PUEDE CONDUCIR A LA CEGUERA ESPIRITUAL.

(2089) La incredulidad, es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento.

. Se llama herejía a la negación pertinaz (obstinado, terco), después de recibido el bautismo de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma.

. Apostasía es el rechazo total de la fe cristiana.

. Cisma es el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice, o de la comunión de la Iglesia a él sometidos.

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