Padre en
esta hora y por propia voluntad me entrego a Tí, ofrezco a ti mi cuerpo
como
sacrificio vivo, santo y agradable a Tí.
Clamo y
suplico por sanidad de la obesidad, porque para Tí, nada hay imposible.
Clamo que
sanes en mi todo trastorno endocrino y metabólico, en el poderoso nombre de
Jesús, recibo, acepto y confieso esa sanidad ahora.
Declaro que
mi metabolismo sana y se vuelve a la normalidad y que mis glándulas endocrinas
funcionan normalmente ahora, en el nombre de Jesús.
Padre Santo:
saca también de mi mente todo apetito excesivo, y toda ansiedad, compulsión y
fijación de mi mente en la comida.
Someto y
llevo cautivo todo pensamiento lujurioso, todo desenfreno, toda adicción, toda
compulsión por la comida, los llevo ahora a la presencia de Cristo Jesús.
Ven ahora
Espíritu Santo de Dios y llena toda mi casa interior y no permitas habitar allí
nada que no sea bueno para mi cuerpo. Tómame y satúrame por completo, suplico
que
permanezcas en mí. Satura mi mente y desaloja a la gula y a la lujuria por comer.
Suplico que no permitas que yo me aleje de Tí. Enséñame,
ayúdame y sáname.
Aménpermanezcas en mí. Satura mi mente y desaloja a la gula y a la lujuria por comer.
Escrito por: Nohora Paez Bowers
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