martes, 10 de marzo de 2015

Oración de las enfermeras


Señor, Tú sabes que mi vocación es asistir a los enfermos en los momentos de su enfermedad; haz que yo pueda llegar a sus corazones para acercarlos cada día más a ti.

Tú que has tenido piedad por todo sufrimiento humano, haz fuerte mi espíritu, seguro mi brazo al curar a los enfermos, auxiliar a los heridos, a los angustiados y a los moribundos, pero conserva sensible mi alma al dolor ajeno, delicada mi palabra, dulce mi trato, paciente mi vela.
Señor, Tú que has creado la naturaleza humana compuesta de alma y cuerpo, infúndeme respeto por la una y por el otro, enséñame a consolar el alma afligida curando el cuerpo enfermo.

Tú que has dicho que es hecho a ti el bien prodigado a los que sufren, haz que te vea a ti en ellos y a ellos en ti.

Señor, Tú que has prometido no dejar sin premio ni siquiera un vaso de agua dado con amor, guárdame la recompensa que sólo tú puedes dar a mi trabajo, que quiero cumplir con piedad y amor.

Y tú, María, consoladora de los afligidos y salud de los enfermos, sé también para mí, maestra de sabiduría y madre benigna.

Amén.

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